Ir al contenido principal

Te mentiría si dijera que no.

Escribeme algo con los pulgares, voy a tejerte los cabellos entre hora y hora, paso a paso. Me gustan tus manos entre las mías.

Tu risa que me entra por las pupilas,tus ojos bajo mi lengua.

Dejame contagiarte en mi pensamiento, vamos a bebernos con la mirada nitratos y fotografías en movimiento, te voy a mirar un poema, para ver si así te hago hablar.


Eres el hilo de ideas, que me da vueltas, te quiero querer, solo un poco, vamos a sumergirnos en el vuelo de las tortugas, en los colores de las sombras, que el vacio no me asombra y el silencio no me deslumbra.
No es nada, una metáfora que quíza habla de ti.... preguntale a los libros que viven detrás del armario.

Todos los derechos a Andrea Quiroga.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La idea de ti.

Repetida y repentinamente me dedicaba a pensar en ti, lo hacía con cariño, a veces hasta religiosamente. Y yo no sé, no sé sí soy yo o es la idea de ti. La idea de ti, esa que incluye la calidez de tu abrazo, lo terso de tu piel y más de una docena de virtudes que enunciar. La idea de ti, la de antes, la que eras, la que pensaba. La que pensaba que eras. La que eres. No es reproche, es la idea de ti. La misma que sospecho, la que conozco a medias la que descubro cada que cruza mi puerta. La misma idea de ti, la misma con la que mis besos desesperan, los mismos besos que me saben a medias. La que descubro que no es idea, sino mujer. La mujer que sigo descifrando.

Agua y Arena

El roce con el dorso de tu mano es eléctrico, centellas que atraviesan mi médula. Horas que en lugar de extenderse se comprimen cómo la arena y el agua juntas. Agua y arena que se mezclan y se separan, cómo tú y cómo yo. Con frecuencia me cuestiono que hago yo, en un lugar cómo este, tú eres el lugar. Admito que hasta la fecha no consigo una respuesta, o tal vez sí, tal vez no. Ninguna con la que me encuentre satisfecha. También me pregunto que quieres de mi, seguramente ni tú misma lo sabes, tanto que no sabes lo que quieres para ti. Trago saliva rápidamente y mis dedos, ansiosos, bailan sobre el teclado. Me reservo mis pensamientos y suspiro. Es tarde, despejo mi cama y mi mente. Eres dilema de otro insomnio y sin duda de otra noche.

Compendio

Recuerdo ser menor, mucho menor y el cómo mis padres intentaban mostrarme el mundo, me explícaban el qué y por qué de las cosas. Y naturalmente hay algo de encanto en aprender y descubrir algo nuevo.  ¿Por qué? No lo sé, quizás porqué simplemente es nuevo y novedoso a primera vista. Lo hicieron con tanto empeño y dedicación, que ahora yo misma me descubro intentando hacer lo mismo por cuenta propia conmigo misma. Tantos conocimientos acumulados durante más de una veintena de años parecieran no ser suficientes. Ahora cada objeto que encuentro o poseo pertenece a un lugar, clasificado por función, material y color, tema, numeración, tamaño e incluso año. Me descubro nuevamente clasificando todo, una y otra vez. Intentando entender lo que me rodea, en la medida de lo posible, tanto cómo mi nivel semiológico me lo permita. Mi obsesión o mi manía por entender no se que, no sé para que, ni por qué, se transformó y me descubrí haciendo imagenes. Formatos rectangulares dónde el or...