Ir al contenido principal

Bienvenida


Los días transcurren entre la tierra y el agua,
entre la mortalidad y la monotonía,
transcurrimos en idas y venidas.

Vivimos en un estado de tránsito
nada se detiene
y entre despedidas también hay llegadas.

Llegadas que esperan y que no
llegadas que se gestan
Esperas que llegan

Gestos que no se esperan
Esperas que concluyen
tránsitos que se apresuran
ciclos que se cumplen.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La idea de ti.

Repetida y repentinamente me dedicaba a pensar en ti, lo hacía con cariño, a veces hasta religiosamente. Y yo no sé, no sé sí soy yo o es la idea de ti. La idea de ti, esa que incluye la calidez de tu abrazo, lo terso de tu piel y más de una docena de virtudes que enunciar. La idea de ti, la de antes, la que eras, la que pensaba. La que pensaba que eras. La que eres. No es reproche, es la idea de ti. La misma que sospecho, la que conozco a medias la que descubro cada que cruza mi puerta. La misma idea de ti, la misma con la que mis besos desesperan, los mismos besos que me saben a medias. La que descubro que no es idea, sino mujer. La mujer que sigo descifrando.

Sombras, Siluetas, Silencio, Sutil, Sonido, Siempre.

Eres las horas que pesan en mi espalda, el silencio que tritura mi cuello, el que hay despues de todo, la sombra que persigo tras la ventana, que sigo hasta el umbral de luz. Misterio detras tuyo, detras de la luz que se clava en tu sonrisa, frente a tu mirada, con ese horizonte perdido que me ocultas, en el que te pierdo la pista, en el que me aviento a buscarte, como esa música de fondo que se pierde en el bullicio, siempre despues de todo, siempre detrás de todo,te vislumbro como una sombra, esa silueta indefinida en mis fotografías, como la huella dactilar del negativo, siempre capturada, siempre en mi positivo, huella que dejas. El azabache de tu cabello, la distancia de tus ojos, siempre definitivos, tu risa que se enreda en mis venas, el tiempo que me asfixia, mis ojos de papel, tu sonrisa de cartón. Andrea Quiroga

Altivo

Las ondas que forman su cuerpo son en las que se desliza mi mirada Curvas por las que su mano desliza sobre mi piel.  Ya no te esquivo, voy a tu encuentro.  Porqué tu respiración me llama La curva de tus dedos me llama cómo todo en ti lo hace.