Sí tuviese algo que admitir, es bastante lo que tendría que admitir. La obstinación es algo que se me da, pero sí hay algo que admitir: Es que no hay mejor sensación al tacto que tus manos, ni mayor calidez que la de tu abrazo. Ni mejor perfume que el de tu cuerpo Lo sé porque los he experimentado. Pero no omito nuestros silencios que se han prolongado por meses ni la intermitente compañía a la que ya nos hemos acostumbrado. Tampoco se quererte de la manera correcta, sí es que la hay. Ni de la manera que tú quieres que te quiera, porqué tampoco sé sí lo hago. No lo sé, y ya está. Tampoco me importa. Te quiero como he podido, cómo ha sido mejor para mi. Y así te di por perdida.