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Ajuste de cuentas.

Veo el calendario, el tiempo sigue su curso natural, cómo es, cómo debe de ser.

Tengo cuatro estaciones al año, doce meses, sesenta minutos y sesenta segundos. Medios internacionales, agendas gubernamentales, sistemas operativos y el reloj de pared en mi sala confirman esta información.

Sin embargo, por cuenta propia tengo cuatro estaciones al día, horas de cuarenta minutos y del resto he de aceptar que he perdido la cuenta.
Cada día empieza con una estación y termina con otra. Ese tiempo es mío y de nadie más, es lo único que me pertenece. Ese tiempo que ocupo en ignorarte con el pensamiento y de extrañarte con negación. Para recordarme que me eres ajena porque así lo has querido. Y cómo con el tiempo no hay marcha atrás, esta separación es irreversible; También es irrelevante y frívola porque así lo quiero.

Me he ido con nada y con todo lo que me diste. Tampoco sé con que te quedas pero no estoy interesada en un ajuste de cuentas. Espero que un día de estos o de aquellos te vuelva a encontrar para darme cuenta que estamos a mano.


Andrea con Q. 

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