Repetida y repentinamente me dedicaba a pensar en ti, lo hacía con cariño, a veces hasta religiosamente. Y yo no sé, no sé sí soy yo o es la idea de ti. La idea de ti, esa que incluye la calidez de tu abrazo, lo terso de tu piel y más de una docena de virtudes que enunciar. La idea de ti, la de antes, la que eras, la que pensaba. La que pensaba que eras. La que eres. No es reproche, es la idea de ti. La misma que sospecho, la que conozco a medias la que descubro cada que cruza mi puerta. La misma idea de ti, la misma con la que mis besos desesperan, los mismos besos que me saben a medias. La que descubro que no es idea, sino mujer. La mujer que sigo descifrando.
Un juego de la casualidad y del azar me trajeron hasta aquí; hace tiempo que miro de lejos los blogs, empeñado en el sopor de otras redes sociales...
ResponderEliminarMe llevo un regusto interesante en la boca después de leer un poco de lo tuyo, seguramente volveré
Saludos!
Augusto más de un año después descubro tu comentario, gracias por leerme, ojalá lo sigas haciendo los comentarios siempre son bienvenidos.
EliminarSaludos!